Domingo 7 de Junio de 2.015.
Mayte
(mi hermana): “ Paco, el domingo 14 de Junio es el cumpleaños de Marcos
Méndez (mi cuñado y por lo tanto marido de mi hermana, jejeje) y quiero hacer una fiesta sorpresa.
Tienes que apuntarte a la EUROCIDADE 10-TUI e ir a correr con él y después vamos
a comer sin que él sepa nada y allí aparecen sus amigos de Coruña y también de
Vigo (CARMA básicamente).
Yo: “ Bueno a lo de la comida me apunto, pero
a correr llevo desde la Vig-Bay sin correr… bueno por el cuñado haré un
esfuerzo”
Domingo 14 de Junio.
Día de la carrera. Llegamos a Tui de
incógnito mi mujer, mi hija y su prima Anita (hija de mi hermana y Marcos) escondidas en el coche. Empieza la carrera y se
me hacen infernales los 10 Km. Desde la Vig-Bay sin correr y un recorrido con
mucha subida y bajada y un bochornazo pegajoso. Total, termino más mal que
bien, nos vamos a duchar al pabellón de Valença y de allí a comer al Monte
Aloya , sitio de la sorpresa para Marcos. Me siento en la mesa enfrente de
Pancho y señora, al lado de Bruno y señora y demás comensales.
Bruno: “¿Qué tal Paco?”. Yo: “Reventado,
respondo”. Bruno: “Nada, ahora tienes que correr un Maratón, venga vamos a Sevilla en Febrero…”
Unos 15 días después el día 3 de Julio de
2.015, formalizo la inscripción. Estábamos en Julio y desde la EUROCIDADE no
había vuelto a correr. Busco un plan de
4 meses por internet, con lo que la fecha del
Maratón , el 21 de Febrero, me sale a empezar la primera semana del plan
el día 1 de Noviembre de 2.015. Como es Junio y estoy de vacaciones me relajo y
no hago nada pensando en coger un poco de forma en Agosto, Septiembre y
Octubre. Con lo cual salen: 50 Km en Agosto, 100 en Septiembre y 140 en
Octubre. Llega la primera semana de Noviembre y empiezo el plan de entreno,
llevándolo muy bien hasta Navidades (acompañando estos 2 meses un clima
fantástico con cero lluvias). Llega el mes de Enero y empieza el mal tiempo y
las “tiradas largas” de 29 y 32 Km lloviendo sin cesar y con mucho frío y
empieza a rondar por mi mente la pregunta “¿qué coño hago yo metido en esto?”.
Llega Febrero y no puede ser peor. Primera semana, lesión –Periostitis- y a
parar 10-12 días, pero no queda otra. Pero el viaje no se cancela y el Jueves 18 de
Febrero partimos para Sevilla, mi mujer, mi hija, una amiga de mi hija (iba a
venir Marcos con nosotros pero al final motivos profesionales se lo impidieron)
y un servidor, con la única intención de desconectar un poco, disfrutar del
viaje y si se tercia acabar la carrera, que dado que aún tenía bastantes
molestias ya sería un éxito.
Jueves
18: Llegamos a Seviila a la hora de comer y por la tarde visitamos Sevilla,
Torre del Oro, Maestranza y Catedral. Tomamos unas tapillas por el Centro y
para el Hotel.
Viernes 19 –El otro Maratón-: Alquilamos un
coche y nos dirijimos sobre las 10 horas a la Feria del Corredor –mi primera
Feria- a recoger el dorsal, quedándonos tan alucinados y encantados que hasta
mi hija y su amiga no querían irse de allí. Pero teníamos organizado una
excursión y nos teníamos que ir. Aquí empieza el otro maratón. Cogemos el
coche, echamos gasolina y…..visitamos: Ronda –en donde en una calle me
encuentro tres INTERSPORTS y como
estábamos a cero grados decido comprar unos manguitos y unos guantes para la
carrera-, Puerto Banus, Marbella, Sotogrande, Gibraltar…..y de nuevo a Sevilla
donde llegamos sobre las 22 horas al Hotel.
Sabado 20:
Había quedado en hablar con Bruno para ver si nos veíamos y comíamos
juntos pero mi hija y su amiga deciden comer la comida de la pasta en la Feria
del Corredor y Bruno y familia deciden comer por el Centro –buena decisión la
de Bruno-. Con lo que no nos podemos ver. Lo llamo por la tarde noche y le pido
los últimos consejos para la carrera.
Tengo dolor en la pierna –la fastiada periostitis- y me paso un buen rato antes
de dormir, viendo al Celtiña en la tele y dándome un masaje y echándome crema
antiinflamatoria.
Domingo 21 –el día D-: Me levanto sobre las 6
horas, bajo a desayunar al hotel, estando lleno de maratonianos italianos y de
otras nacionalidades. Sobre las 7:45 horas un minibús del Hotel nos acerca a
varios corredores al Estadio Olímpico –lugar de Salida y Llegada-. Hace
bastante fresquillo y me pongo una bolsa de basura encima y empiezo a calentar,
con un nudo en la garganta y un “miedo escénico” de cojo… Pero ya no hay marcha
atrás.
Me coloco en el último cajón, al lado de la
La Legión –masculina y femenina- que con sus canticos me distraen y me quitan
un poco los nervios del momento. Empieza la carrera y hasta el Km 5 buscando
huecos continuamente para no tropezarme y disfrutando del momento. Llega el Km
10 y ya se ven más huecos y se va mejor pero entran las ganas de orinar y estamos en plena ciudad y es complicado.
Sobre el Km 15 sigue el frío y las ganas ya no se aguantan pero llegamos a una
Avenida bastante amplia con setos a los lados y es donde paro a hacer mis
necesidades, bueno paramos “unha chea deles”. Sin darme cuenta ya estamos en la
media y todo va bien, empieza a subir la temperatura y empiezo a tener un
problema, la vaselina de los pezones se esfumó y empiezo a sufrir un poquito
por eso. Voy al lado de un padre que lleva a su hijo discapacitado en una
sillita empujando y pienso “QUÉ GRANDEZA DÍOS MÍO”, y me quedo un par de Km
disfrutando viendo correr y empujar a ese padre a su hijo al que jalean sin
cesar la gente que está animando. Ya se va viendo a gente andando y parando.
Hay bastantes fotógrafos sacando fotos del Evento. Sobre el Km 25 veo a uno de
ellos y levanto los brazos para salir en la foto, con tal mala suerte que casi
golpeo a un octogenario maratoniano inglés, el cual me pega un pellizco en el
brazo, que hizo que “me cagase en su…”. Llega el Km 30 y sigo bien, pero ya
empezando a contar los Km. Llega el Km 31, e igual, 32 e igual y me digo a mi
mismo que si mantengo la humildad llego
sin problema. Sobre el Km 34 más o menos entramos en la Plaza de España por el
parque de María Luisa, la cantidad de gente animando y la belleza del recorrido
lo hacen más llevadero. Salimos del Parque y enfilamos los últimos 5-7 Km. Me
empieza a fallar un poco la rodilla izquierda y me pongo aún más conservador,
sobre todo por el peligro que suponía el suelo todo mojado de los
avituallamientos y aún quedaban dos, que es cuando más miedo le tenía a la
rodilla. Mi GPS me marcaba siempre unos 500 metros antes los Km que las
pancartas de la calle y eso me desmoralizaba un rato. Km 38, pasamos al lado de
la Giralda, con las calles llenas de gente pero el suelo muy peligroso por los
restos de botellas de agua, esponjas… Km 39, buufff me digo: ya estoy, ya
estoy. Llega el Km 40 y 41 y veo el estadio pero se me hacen muy largo. Decido
aflojar un poco el ritmo –si más…jajaja-, para entrar con buena cara y sonriendo
en el Estadio de La Cartuja. Por fin enfilo la cuesta de entrada al estadio y
justo antes de entrar en él oigo Pacooo, Pacooo, y miro a un lado y allí
estaban mi mujer, mi hija y su amiga, que me animan y me hacen un par de fotos
y aun no se creen que lo hubiese conseguido. Entro en el Estadio y oigo al
“Speaker” y se me ponen los pelos de
punta, intento disfrutar del momento pero me vienen muchos momentos la
cabeza y cuando ya me doy cuenta, ya me están dando la medalla y haciendo la
foto de “finisher”. Ahí ya me relajo un poco y me voy dando cuenta de lo que
había conseguido. Un sueño hecho realidad, conseguido como se consigue todo en
esta vida, con esfuerzo y constancia y humildad. Salgo del estadio a buscar a
mi familia y me entero de que Bruno no pudo terminar. Lo llamo y ya estaba de
camino para Vigo en coche, por lo que tampoco puedo verlo, le doy ánimos y el
me felicita por haber alcanzado este sueño. Y así es como se gestó esta
“bendita locura”.
Pd.
Gracias a mi familia por haberles quitado tiempo y permitírmelo. Y gracias a
todos los compañeros del CARMA que me guiaron con sus sabios consejos. Ya ronda
otro maratón por mi cabeza…
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