sábado, 26 de febrero de 2011

Cross de Valença

Ellos creyeron que les estaba haciendo un favor cuando en realidad el favor me lo estaban haciendo a mí.


Fotografía por cortesía de Roberto "Canido"

El domingo madrugué para estar a las 8 en Valença do Minho. La niebla que me acompañó durante todo el camino se levantó poco antes de llegar a la frontera con Portugal. Llegué a las «Portas do Sol» poco antes de que el susodicho hiciera acto de presencia. Todo el mundo estaba atareado ultimando detalles para la carrera. Ayudé en lo que pude: a montar la carpa, a mover las bolsas del corredor, a acompañar a Antonio a revisar un tramo del recorrido y encintar lo que hiciera falta, ...

A falta de más de una hora para el comienzo de la prueba, comenzaron a llegar los corredores más madrugadores. La lluvia llevaba un buen rato cayendo, a veces indolente, a veces con rudeza. Unos granizos se colaron entre la lluvia como queriendo recordar que estamos en febrero y que el frío todavía es dueño y señor, a falta de un mes para la primavera. A escasos minutos para el comienzo de la prueba, dieron la orden de situarnos en nuestros puestos. Antonio me había reservado un puesto privilegiado, con unas vistas fabulosas.

Unos minutos de espera y apareció el primer corredor, Akka Essaadaoui. Desde lo alto de las murallas la gente jaleaba a los corredores según iban pasando: ¡Venga, Akka! ¡Ánimo, Paco! ¡Força, Carlos! ¡Sigue, Asdrúbal! ¡Vas bien, David! Yo admiraba el esfuerzo de los corredores, para mí desconocidos salvo el marroquí Akka Essaadaoui y el portugués Carlos Sa. El cuerpo de los corredores hablaba de la dureza de la prueba: los cuádriceps hinchados por el esfuerzo, la cara congestionada, la expresión de sufrimiento, el ritmo lento, las salpicaduras de barro... Yo lo observaba todo, al tiempo que disfrutaba con la experiencia de ser un mero poste indicador. Llovía y hacía frío pero iba bien pertechado.

Llega la última vuelta. Miro, nuestro corredor escoba, iba de paseo al lado de la chica que cerraba la embarrada comitiva. Aplaudimos cuando pasaron a nuestro lado y nos fuimos a la meta. Los corredores que ya habían llegado irradiaban felicidad. Nada que ver con las expresiones de dolor de unos minutos antes. Aplaudimos a los últimos llegados y nos organizamos para recoger. Antonio y yo fuimos a recoger estacas y cintas de la zona que nos había tocado. Caminamos por el mismo sitio por donde habían pasado los atletas. El barro y el agua casi rebasaban los 20 centímetros de caña de mis botas. También recogemos los carteles: «Cuidado, perro peligroso», «Riesgo eléctrico», etc.

Volvemos con nuestra carga a la salida, la dejamos donde corresponde y subimos a la fortaleza para la entrega de premios. Es la primera vez que veo que el ganador de la prueba no aparece para recoger su premio. Él sabrá. Pedro, alma máter de la carrera, le entrega una placa a Carlos Sá, que aparcó esa mañana sus entrenos para el Maratón des Sables para participar en este cross.

Me despido de los amigos y me vuelvo a casa. Estoy cansado sólo de verlos correr. Por la tarde, Antonio me llama y me hace entrega de un detallazo por parte del club. Esto es lo máximo. Me dan la oportunidad de colaborar en la organización de una carrera preciosa, la veo desde un puesto privilegiado y encima me hacen un regalo. No tengo palabras (quiero decir que no tengo más palabras, que encima de estas líneas tengo unas cuantas) ;D

martes, 8 de febrero de 2011

I Trail de Alvelos by Aguita




















La COPA,9º puesto por equipos

El C.A.R.Marisqueiro,foreros de A Coruña y algun@ amig@ portugues@


Hasta Alvelos, freguesia del concello de Barcelos, Portugal, nos desplazamos unos cuantos miembros del club, para pasar un buen día, y de paso participar en el I Trail de Alvelos.

Llegamos pronto, ya que, sumado a la hora menos en Portugal, se sumaba el inicio temprano de la prueba 15:30, hora de Portugal; tras tomarnos un cafecito (unos), y un licor de la tierra (otros), en un bar próximo a la salida, nos dirigimos al lugar de concentración de los corredores para prepararnos para la carrera;

Muchos amigos y conocidos se dieron cita allí, entre ellos pude saludar a varios de tierras lusas, habituales en los free running y expertos corredores de trail y ultra trail: Asdrubal, Carlos Sá, Albino, Marco, Telmo, Flor, Raquel, y por supuesto el maestro Moutinho, alma mater del trail portugués; una representación de corredores de Coruña, encabezados por Fema, Candido, krrkrrktpillo, Gacelita, etc (perdón por olvidarme de algunos, mas es sin intención)

Un breve discurso de los organizadores da paso a un 3, 2, 1 y salida; allá vamos, el primer kilometro discurre por una pista de tierra y en ligera bajada, luego ya afrontaríamos la primera rampa dura, algo que iba a ser la tónica general de la prueba, un sube y baja; en esta primera rampa, ya muchos se echaron a andar, yo aun andaba fresco y la subí trotando, nos adentramos en el bosque y vamos adelantando corredores, alguno me volvía a adelantar y luego lo volvía a adelantar yo, sobre todo cuando venían las bajadas, ya que las hice casi como un kamikaze, eso sí disfrutando de correr por el bosque; caminos para arriba caminos para abajo, algunos con bastante piedra suelta, de vez en cuando, cuando la pendiente se hacía imposible de correr, había que echar pie a tierra y ponerse a caminar; en una de esas subidas me encuentro con Pedro, y a unos metros, le sigo durante un corto periodo de tiempo, ya que al llegar a un llano, le veo desaparecer; sigo a lo mío, caminar donde no se puede correr, y correr cuando el terreno me lo permitía; tras llegar al Santuário da Senhora da Franqueira, que coronaba nuestra ascensión, comenzamos a bajar hacia la meta, primero una sucesión de escaleras, luego entre el monte (había un tramo alfombrado de flores de mimosa, que lo hacía especialmente bonito), mas tarde mas escaleras, estas mas espaciadas, luego entre campos de cultivo, y finalmente, el ultimo kilometro coincidía con la parte inicial de la carrera.

Tras la correspondiente ducha, estuvimos esperando a la entrega de premios a ver si nos caía un trofeo al equipo, (había trofeos para los 10 primeros equipos), y sorpresa: 2º clasificado en Veteranos 3 para mí y 9º para el CARMA, risas y fiesta entre los compañeros; luego nos fuimos a cenar a Barcelos.

Por mi parte tengo que decir que es un trofeo muy especial, primero por no ser habitual en mi llevar trofeos, luego por ser una prueba de trail, y sobre todo por el lugar donde lo conseguí: tierras de Barcelos; mi abuelo era originario de Barcelos, desconozco exactamente de que parte, (algún día lo averiguare, porque con 12 años se vino para Galicia), pero para mí es como si lo hubiese ganado en casa; mi corazón se siente en parte portugués, y me siento orgulloso de ello; la gente que he conocido a través del mundo de las carreras, tanto de asfalto como de trail, en Portugal, son gente estupenda y amable, y me siento muy feliz de haberles conocido.

Gracias a mis compañeros de equipo C.A.R. Marisqueiro que acudieron a Alvelos y que me animaron y disfrutaron conmigo, y por supuesto a mi entrenador Pedro, ya que sin su trabajo no lo hubiese conseguido.

Aguita en el podium recibiendo su trofeo