Una vez más enfrentándome a la
mítica distancia.
Cuando me planteé qué maratón
correr esta primavera, dudé entre repetir la experiencia de Sevilla el año
pasado o intentar Barcelona. Es una ciudad que me gusta, y los que han corrido
su maratón siempre hablan bien. Así que al final me decidí por la Ciudad
Condal.
Llegué a esta cita con varias
cosas claras. Mi estado de forma no es como el del año pasado, y el perfil de
la prueba no es el de Sevilla, así que desde el principio tuve claros los
objetivos. Como siempre, pasarlo bien, olvidarme de tiempos, de marcas, sufrir
lo justo y disfrutarlo a tope.
El sábado por la mañana volé
hasta Barcelona. No viajo solo. Gloria me acompaña, y la verdad es que es todo
un lujo poder compartir con ella estas citas. Me aporta el puntito de
tranquilidad que necesito antes de cada maratón (que no es poco).
Desde el aeropuerto fuimos
directos a la feria del corredor a recoger el dorsal. Ya desde el aeropuerto
empecé a sentir que me encontraba frente a un gran maratón. El ambiente
maratoniano ya se empezaba a respirar en la terminal.
En el autobús no hizo falta
preguntar dónde estaba la Plaza de España. Al llegar ya se veían los carteles
de la feria, y una cantidad impresionante de gente en chándal, con aire de
maratonianos. No sé si es la cara, la forma de andar….pero se nos nota.
Recogí el dorsal, la camiseta, la
mochila de regalo, me hice unas cuantas fotos y aluciné con la feria. La
cantidad de expositores, gente, ambiente, organización…vuelvo a sentir que me
encuentro frente a un gran maratón.
Mañana pasaré por aquí Fotografía: Simón Galera |
Y como no todo es correr en esta
vida, tuve también la inmensa suerte de poder quedar con mi amigo Simón, al
cual no veía desde hacía ya 8 o 9 años. Suerte y lujo, porque desde ese momento
ya no me faltó nada en esta ciudad. Guía turístico, chófer, asesor
gastronómico, fotógrafo… Comimos con él, Laura y Alba en un italiano, y después
de un pequeño paseo nos fuimos al hotel.
Por la tarde aprovechamos para
comprar cosas para la cena y el desayuno, preparar todo para mañana y
descansar.
Me puse el despertador a las 6 y
10 (sigo con mis manías y supersticiones), me preparé y bajé a desayunar a la
cafetería del hotel. Bueno, al vestíbulo, porque la cafetería no abría hasta
las 8. Desayuné unas barritas de avena, unos orejones, un plátano y un café con
leche (de máquina), así que después de terminar de prepararme me fui al metro.
En el metro me volvió a
impresionar la cantidad de corredores que llenábamos los vagones. Y del metro
al guardarropa, última visita al baño y a calentar.
La salida estaba organizada por
cajones de tiempo estimado. Fue una grata sorpresa ver lo bien que estaba
organizada la entrada a los cajones, y el respeto de los corredores para no
colarse en el que no le correspondía (bueno, alguno vi que no).
La salida de los cajones, además,
se dio de manera escalonada. Cuando nos tocó el turno (cajón 3:30-3:45) sentí
la misma emoción de siempre, nada de nervios, sonaba la canción de Barcelona,
de Caballé y Mercury, y la banda sonora de “Carros de fuego”. ¿Qué más se puede
pedir?. Y así fueron dando la salida grupo tras grupo, hasta los 20.000
participantes. Ahora sí, que sí, estoy en un gran maratón.
Los primeros kilómetros los hice
tranquilo. Ya iré recuperando tiempo después, si puedo, y si no puedo no pasa
nada. El ambiente es espectacular, y me apetece vivirlo. Ya desde primera hora
hay mucha gente animando, muchos idiomas, muchas banderas.
Llego al kilómetro 10 casi 2
minutos por encima del tiempo que me gustaría llevar, pero me da lo mismo. Me
concentro en seguir rodando a 5’. Hago cálculos y pienso que voy en ritmo de
hacer 3:35-3:37. Me gusta la idea.
Al llegar a grandes avenidas,
como la Diagonal o la Gran Vía, la vista es impresionante. Pone los pelos de
punta ver la cantidad de gente que estamos en esos momentos intentando cumplir
nuestro sueño de llegar a la meta.
Sigo bien. La llegada al Paseo de
Gracia (km 14) supone una pequeña subida de aproximadamente un kilómetro, no me
preocupo, estoy disfrutando mucho de esta visita a esta gran ciudad. Casa
Batlló, la Pedrera, Sagrada Familia. Gran recorrido.
Llego a la media maratón en la
Meridiana. 1:47:31. Hago balance de daños y veo que estoy bien. Me planteo seguir a este ritmo para llegar al 30 con ganas
de correr, y entonces, si puedo, intentar incrementar el ritmo.
En el kilómetro 27 y en el 30,
otra vez en la Diagonal, veo a mi amigo
Simón y a Gloria, que me animan y me hacen fotos. Aunque voy bien compruebo que
he bajado el ritmo, y aunque intento recuperar no puedo. Me empiezan a pesar
las piernas.
Kilómetro 30. Se me ve fresco ¿verdad? Fotografía: Simón Galera |
Veo gente que ya se ha encontrado
con el muro, o con el hombre del mazo. Yo tengo decidido no verle la cara. Me
concentro, me doy ánimos, me digo lo bien que lo estoy haciendo, me imagino mi
llegada a la meta. Pienso, entre otras cosas, que tengo la sensación de haber
estado adelantando gente durante toda la carrera.
La subida al arco de triunfo me
cuesta un poco. Pero ya es el kilómetro 36. “¿Qué me queda?. Nada, subir a
Monteporreiro y volver a casa”, me digo como siempre.
Plaza Catalunya, Barrio Gótico,
Via Laietana, Paseo Colón…y ahí está, la estatua de Colón. No sé por qué la
esperaba más lejos, pero está ahí, ya la veo. Y cuando pase a su lado me
quedarán sólo 2 kilómetros.
Y así encaro esos 2 últimos
kilómetros, sabiendo que he cumplido mi objetivo sin haber acabado todavía,
porque no voy a conseguir marca, voy a terminar, estoy disfrutando.
Eso sí, la subida por el
Paral-lel se me hace larga. Voy a 5:30 aproximadamente. Justo antes de dar el
último giro, cuando ya veo las torres venecianas de la Plaza de España me
emociono (como era de esperar) y lloro. Lloro pero sin lágrimas, como era de
esperar también. Veo el 42 pintado en el suelo, últimos 195 metros de gloria…y
de Gloria, porque siempre se los dedico.
Entro en meta. Paro el crono.
3:38:27
Me felicito. Lo he hecho. Grito
“¡Otra más!”, y es que ya van 11.
Medalla, avituallamiento….y oigo
a Gloria llamarme. Le doy un beso por encima de la valla, y me echo a llorar.
Muy buena crónica máquina!!!!
ResponderEliminarQue grande eres Boleas!!! Fdo. Gorky
ResponderEliminar...llorón... jejeje. Enhorabuena. Fdo. Jotaeme..
ResponderEliminarAúpa¡¡¡
ResponderEliminarEnhorabuena¡¡¡¡
Correr, disfrutar y esforzarse sin sufrir... buen lema para una maratón¡¡¡
grande Boleas!!
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