domingo, 2 de noviembre de 2014

3 DÍAS DE MARATÓN EN AMSTERDAM

Nuestra aventura comienza el viernes 17 de octubre bien tempranito. En mi caso suena el despertador a las 5:15 de la mañana. A las 6:00 me recoge el presi Roberto García y mi compañero del CARMA Bruno Muiños. Hacemos parada en Porriño para unirnos al resto de compañeros: el carmiense Jose Enrique Fernández Araújo "Jeff" y el tanino Fernando Rama. (por lo tanto se trata de un CARMA maratón con la compañía de un tanino que podrá disfrutar de la sofisticada organización logística que atesoramos jajaja).
Tras los saludos pertinentes vamos camino del aeropuerto de Oporto de donde sale el vuelo cara a Amsterdam a las 8:25. Durante el trayecto, y estos 3 días, tendremos presente a otro marisqueiro, Marcos Méndez, quien por problemas personales no nos acompaña.
Teníamos reservado el estacionamiento en el parking y al llegar hubo que solucionar un pequeño problema ya que ponía "completo" y no había un operario a quien preguntar. Rama, tiró de intuición y pasó por el escaner la reserva y subió la barrera.
El vuelo sale con puntualidad y con un buen número de corredores a bordo. Parte de ellos van a correr la media maratón. Una alegría saludar a nuestro colega Antonio Franco con el que ya llevamos compartido varias batallas maratonianas.



Cuando vives una aventura de este tipo que abarca varios días suceden unas cuantas anécdotas para el recuerdo. Una de ellas ocurre al aterrizar el avión. Cuando quiero salir del asiento resulta que el cordón del chándal se había enganchado en el reposa brazos. Tras 5' el manitas del presi consigue liberarme. Lo grave fue que se me quedaron las gafas graduadas en el asiento.
Lo primero que hacemos en la ciudad es dirigirnos al apartamento. Afortunadamente se corresponde con las fotos que aparecían en internet. Consta de planta alta en la que están la cocina y el salón y en la baja 2 habitaciones. Todo muy espacioso. Tenemos la fortuna de tener unas escaleras de pendiente "suave" comparado con la que suelen tener en Amsterdam (sin ir más lejos la casa de al lado tiene unas escaleras con pendiente "que da vértigo". Aún así nos echamos unas risas pensando si las daremos bajado el domingo tras el maratón.
Entre el traslado al apartamento y las explicaciones del casero ya es muy tarde para comer en un país que se encuentra al norte de los Pirineos. Aún así vemos un restaurante italiano cerca y entramos. Por supuesto la contestación fue que estaba cerrado. Afortunadamente tenemos un supermercado a escasas dos manzanas y aprovechando que había que hacer la compra para las comidas y cenas de los siguientes días ya cogemos algo para salir del paso tan pronto regresamos al apartamento.
Dedicamos lo que queda de la tarde a acercarnos hasta la feria del corredor y acernos unas fotos en el estadio Olímpico. Después de recoger el dorsal echamos una visual por los stands. Me pareció una feria de "2ª fila", comparado con las de Berlín, Boston o New York.



Dentro del plan está fijado para esta tarde el último entreno. Salgo con Bruno a eso de las 20:30 y aprovechando que está a un Km escaso tiramos cara al Vondelpark, parque por el que correremos al principio y final del maratón el domingo. Damos dos vueltas a un circuito de 3 Km para después realizar 4 rectas progresivas. Luego, de regreso, tremendo susto, ya que cruzando una calle no me percato de una isleta central, tropieza y caigo. Menos mal que me da tiempo a apoyar las palmas de las manos para amortiguar el golpe. Aún así me hago una contusión en la cadera y antebrazo derechos. De noche tomo un Ibuprofeno y, aunque magullado, espero que el percance no me limite fisicamente el domingo.
En la cena tocó pizzas, por cierto, muy ricas!!!!
La mañana del sábado la dedicamos a hacer turismo. Nos dividimos en dos grupos. Rober y Jeff dispuestos a darse una buena caminata. Rama, Bruno y yo con la idea de no gastarnos en demasía (al final siempre andas más de lo que tienes pensado). Recorremos parte del centro, viendo posibles regalos para la familia. Desde ahí vamos andando hasta la zona de los museos.
Fracasamos en el intento de encontrar una tienda de sudaderas GAP. Mismo una española residente en Amsterdam nos envia a una calle pero... la tienda se llamaba GANT y era de ropa formal. GAP GANT problemas fonéticos jajaja. En fin, que dimos un buen rodeo para nada.


En la comida nos encargamos de liquidar unas lasañas de las que se encargaran Rama y Bruno. Tras una siesta me vuelvo a acercar junto a Bruno y Rama al centro para concretar la compra de regalos. Mientras que el "dúo de díscolos" siguió de turismo.En la cena tocó un clásico premaratón: perolada de spaghetis con carne picada.


Antes de acostarse dejamos todo lo que necesitaremos preparadito y la preceptiva foto, en mi caso compartida con el compañero de fatigas en la preparación.


La noche como de costumbre en estas circunstancias. Duermo pero a tirones, entre otras cosas porque hay que vaciar la vejiga de tanta hidratación.
Suena el despertador a las 6 de la mañana. De desayuno unas galletas que traje de Vigo y un café con leche. Además de tomar poco a poco antes de marchar un plátano.
A las 7:30 salimos del apartamento con la duda si funconará el tranvía. Afortunadamente no tuvimos problemas. Cogimos el 16 que te deja muy cerca del Estadio Olímpico.
En la organización del evento observamos varios defectos. Para empezar hasta menos de 1 hora para el inicio de la carrera no se abrió el guardarropa. Ya había un buen número de corredores esperando. Aunque por otra parte hay que reconocer que cuando abrió se solucionó con celeridad. De seguido entramos en el Estadio y nos vamos a la zona de nuestro cajón. Esto sí está bien montado y tenemos un área exterior aledaña al cajón para calentar. Apenas hago 500 metros y luego me pongo a estirar y a concentrarme para lo que me espera. No me encuentro nervioso sino confiado. Estoy junto a Rama y Bruno en el cajón de 2 h 40' a 3 horas donde entramos a falta de 20' y nos colocamos en la zonas delantera. Tenemos al lado la zona de acceso al cajón precedente, el de menos de 2 h 40'. Atónitos nos quedamos al ver la gran cantidad de corredores que entran (ya hay que correr para ir por debajo de 2 h 40') y, sobre todo, el aspecto que tienen buena parte de ellos, con una fisonomía que no invita a pensar, ni por asomo, en que corran por debajo de 4'00''/Km.
El problema es que no se pedía tiempo certificado a la hora de configurar los cajones, quedando en manos de la ética de los corredores la asignación de salida. Estos últimos días mandé un email a la organización haciéndole ver que esta situación hay que solucionarla. Amablemente me responden que los corredores que corrían el campeonato holandés de maratón estaban todos en este cajón. En fin, la consecuencia fue que los 200 metros que recorremos dentro del estadio fue un auténtico tapón con parte de esos corredores de lo más relajados saludando parsimoniosamente a sus familiares que estaban en la grada. Así sale el primer Km sobre 4'25''/Km y eso gracias a que una vez fuera del estadio podemos ya correr un poco más ligeramente. 
En este primer Km me pasa Rama como un bólido y Bruno me dice "déjalo ir", no vaya a calentarme jajaja.
El día nació caluroso. Al comienzo de la carrera, las 9:30 horas, estábamos sobre 16ºC y subiendo. Los primeros Km son favorables (ligeramente en descenso) y voy cómodo. Los edificios nos protegen del viento y del sol. Desde el Km 6 llevamos a unos 30 metros un grupo de unos 20 corredores. En el Km 9,5 me tomo el primer gel. Pasamos el Km 10 en 42'15''. Bruno se muestra cauteloso y avisa que debemos ralentizar. Precisamente el siguiente Km sale a 4'00''/Km pero es que es en bajada. En el Km 12 me decido a acelerar un poquito para coger al grupo de los 20 corredores. Bruno se queda un poco rezagado. Pero tan pronto llegamos a la ribera del río Amstel la cosa se complica, sobre todo entre los Km 16 y 20 con un viento frontal fuerte. El problema es que vamos muy diseminados. Aprieto los dientes y consigo mantener el ritmo. Analizado con el paso de los días aquí creo que cometí un grave error. Debí ralentizar el ritmo y cobijarme en un grupo que me sobrepasara. Hubiera perdido a lo sumo un par de minutos y no me hubiera desgastado.
En el Km 20 marco 1 h 24' 06'' y se termina el calvario ya que atravesamos el río y enfilamos en el otro sentido el río. Pese a las adversidades salió este parcial de 10 Km más rápido que el primero. El viento da no tanto de costado como cruzado. Cerca de la media maratón paso a Rama. Paso en 1:28:38 pero ya no tengo las mismas sensaciones. Un síntoma es al pasar el Km 23 que el pensamiento que me viene a la cabeza es que me quedan 19 Km. ¡Mal asunto! Hasta el Km 28 casi no se resienten los parciales y voy en ritmo objetivo. La temperatura pasa de los 20ºC y la humedad también se hace notar. En el Km 30 paso con 2 h 7' 16'' (el parcial de 10 Km se va a 43'10''). Aún estoy en tiempos de marca pero las sensaciones son muy malas. Los Km de viento me pasan factura. Al salir de la zona del río empieza a lloviznar y la temperatura baja bruscamente, como mi rendimiento. Los parciales se van a 4'30'' y por encima. Se juntan el cansancio físico y el abatimiento mental. Me paro en 3 avituallamientos para comer un trocito de plátano y beber con calma. El gel de cafeína del Km 30 no me ha reanimado.
Ya me pasó el globo de las 3 horas, lo que certifica que el objetivo se aleja. Mi "tabla de salvación" llega en el Km 36 cuando mi amgo Bruno me coge. En un gesto que le honra, a sabiendas de que ya no hace marca, pero que va a perder tiempo, me anima a seguirle. Sus palabras resuenan en mi cerebro como un estímulo "Hicimos la preparación juntos y acabamos juntos". Entre que él ralentiza el ritmo y que saco fuerzas de no sé dónde hacemos un ritmo sobre 5'00''/Km en los últimos 5 Km y con Bruno arengándome continuamente.


En el Km 39 pasamos al globo de las 3 horas que va andando!!!! 500 metros después no sobrepasará pero a un ritmo que no era precisamente "para echar cohetes". Está claro que tampoco hizo la marca objetivo.
En el último Km a Bruno le dan un aviso los isquios. ¡Menudo dúo! Jajaja. Pero ya nada nos puede parar, lentos pero imparables hacia la gloria. Ya llevamos otro estado de ánimo y pedimos el ánimo del público. Los últimos 250 metros ya son dentro del Estadio Olímpico entre el aplauso de la grada. Sobrepasamos la meta entrelazadas nuestras manos al aire con 3 horas 07' 07''. Lástima que no fuera en menos de 3 horas pero eso era lo de menos. Lo disfrutamos de lo lindo. Ha sido un momento supremo: juntos hasta el final.  



Rama entrará en 3 horas 19' con grandes problemas físico. Jeff en 3 horas 33' pese a su escasa preparación específica para el maratón. Rober llega en unos meritorios 3 horas 38' teniendo en cuenta que se cayó en el Km 4 y viene con la rodilla inflamada desde el Km 28.
Al acabar empieza otra carrera, la de intentar llegar antes de las 14 horas al apartamento para que el casero nos deje duchar antes de que lleguen los nuevos inquilinos. Finalmente conseguimos la misericordia del dueño y salimos aseados todos sobre las 15 horas.
Camino del aeropuerto tenemos un par de percances. Primero a Rober el cae el ticket del tranvía y se percata a los pocos metros y luego en la parada de la estación nos hacemos una foto tan pronto bajamos del tranvía. Al ir a coger las maletas Jeff se da cuenta de que le quedó una bolsa en el tranvía con dinero y la medalla. El tranvía aún se encuentra parado a unos 75 metros. Allá sale Jeff como una flecha, consigue llegar y recuperarla. Cuando regresa le caen unas "picadas": "no te esforzaste en el maratón que aún corres". Nos comenta que le dolía el dinero pero aún más perder la medalla. Aquí vemos el espíritu de un maratoniano.



Tras meter algo en el cuerpo intento recuperar las gafas extraviadas el viernes. Cuento conb la ayuda generosa de Rober que me acompaña. Nos marean de un lado para otro y no hay suerte.
Antes del embarque aún hay un par de incidencias. La primera, me avisan que posiblemente la maleta tendrá que ir en la bodega y le ponen un distintivo naranja. Luego, al pasar la aduana, me hacen abrir la maleta pensando que llevaba una botella (le confundió al policía un estuche que llevaba dos frascos de cristal apilados).
Consciente de que vamos a llegar tarde y que mejor sería llevar la maleta en cabina, decido quitarle el distintivo a la maleta y ponerme de los primeros en la cola de embarque. La jugada sale bien porque la persona que tiene que controlar las maletasn primero diligencia el tema documentación a los 20 primeros de la fila. Cuando empieza a controla las maletas ya no estoy en su ángulo de visión, por ser pequeño y por medio esconderme jajaja.
Un orgullo haber compartido esta experiencia con otras 4 nécoras y un tanino. Una pena que Marcos se lo perdiera.
En las dedicatorias mención especial para Ana y mis niñas. Acordarme de mis seres queridos que ya no están. Muchoas ánimos para mi compañero Marcos (nunca llovió que no escampara) y resto de compañeros que están lesionados. Mención especial para Bruno. Me permitió acompañarle en su plan y por último de todos los que me habéis animado y mandado vuestra energía.
Desde la edición del 2013 de Coruña 42 me siento sub 3. Sobrepasar en 44'' la marca me lo he tomado como un accidente pero eso no quita que seguiré buscando que esa marca sea oficial.
Salud y Km!!!! ... y recordad: no esperar por vuestros sueños, ir a por ellos. 
MARATONIAN@S

miércoles, 21 de mayo de 2014

Boston Strong

Una gran felicidad te embarga cuando acabas uno de los más famosos maratones del mundo.  Boston es el más antiguo y es uno de los 6 que conforman los World Marathon Major.   Completar este ramillete de maratones es una de mis ilusiones. Ahora ya solo me quedan la mitad tras correr New York en 2010 y Berlin en 2011. Si me tengo que decantar por uno de los tres no sabría deciros.  Tienen en común la alta participación y el apoyo incondicional de sus habitantes a la prueba. Tienen un ambiente y animación difícil de expresar. El tema avituallamientos y voluntariado es otro elemento muy a destacar. Tal vez me quedo con la impresión de que en Boston el nivel medio de participante es más alto y sobre todo gratamente sorprendido del nivel de las mujeres y del porcentaje que representan sobre el total.

La prueba del maratón siempre digo que es una prueba canalla ya que si hay algún contratiempo en el último tercio de la prueba no vas a poder resarcirte (si pretendes hacerlo a pleno rendimiento). Siempre estás expuesto a la fatalidad, que se lo digan por ejemplo a mi compañero Carlos Cid cuando le cayó una valla en la edición del 2012 en Coruña 42 o  en esta edición a Jose Antonio Recouso que sufrió una desgraciada caída que le obligó a retirarse en el Km 28. Esa sensación es más intensa, si cabe, cuando tienes previsto desde el 2011 correr el 21 de abril de 2014 y cuando sabes que un contratiempo que te imposibilite terminar no es fácilmente subsanable ya que el coste económico que supone es grande. Sin ir más lejos me tengo acordado de aquellos corredores europeos que no acabaron la edición del año pasado porque los pararon tras el atentado y que no tenían recursos económicos para acudir a la invitación que les hizo la organización para correr en esta edición. Las víctimas han estado muy presentes y Boston ha hecho famoso su lema de “Boston Strong” y sus habitantes se han volcado con mayor ahínco en apoyar esta 118 edición. Un millón de espectadores deja bien a las claras el espíritu reinante.


La experiencia  ha sido impresionante puesto que tuve la fortuna de vivirla con mi familia. Marchamos el día 13 cara a New York con la ilusión de hacer una gran carrera pero con la premisa de disfrutar esos días de unas maratonianas jornadas turísticas. Las horas de caminata y esperas en colas fueron abundantes e intenté mitigar sus efectos utilizando unas medias de descanso. Tampoco descuidé los últimos entrenos a costa de pegarme unos buenos madrugones. Con todo el mejor entreno fue a media mañana cuando entrené en Central Park haciendo con mis niñas los 3 primeros Km.


Ya en Boston siguió la labor turística, aunque lo primero que hicimos fue acercarnos a la feria del corredor a recoger el dorsal. Solo el domingo anterior a la cita pasé buena parte del día en el hotel descansando... pero no me voy a extender más en los días previos pues la mayoría seguistéis esas peripecias vía facebook.



Era mi 13º maratón y lo afronté con la misma ilusión que un principiante. Esto considero que es algo fundamental para un maratoniano. Encarar una prueba de esta magnitud requiere, como mínimo tres meses de entrenos. Algunos atletas llegan saturados a las últimas semanas. No les da llegado la fecha. En mi caso se puede decir que disfruto el paso de las semanas. De la misma forma mientras hay atletas que después del maratón quedan tocados muscularmente durante semanas en mi caso suelo recuperar muy bien.
Pero centrémonos en el día 21. Para empezar deciros que no pegué ojo en toda la noche o esa es la sensación que me quedó. Mucha hidratación y varias veces a soltar el líquido. A las 5:00 de la mañana en pie sin necesidad dedespertador. Bajo al hall del hotel para subir un par de cafés. De sólido me tomo unas galletas que compré dos días antes.
Después de realizar la rutina previa a un maratón: vestirse, tema vaselina, geles, ect. Me voy a la estación del metro. Justo cuando llego a las escaleras de acceso al andén llega un metro. Apuro un poco el paso y lo pillo. Va otro corredor en el vagón pero a las dos paradas se baja. Sigo aunque no me suena el itinerario por lo que me bajo en la siguiente estación. ¡Había cogido la línea naranja en el sentido contrario! No pasa nada, que para eso voy con tiempo. Toca deshacer el recorrido después de esperar 8’. El vagón lleva bastantes corredores y se bajan una parada antes de lo que pensaba. Al ver que lo hacen todos pues allá voy. Salimos en la estación de Chinatown y hay que andar un poquito hasta el Boston Common, el parque de Boston que alberga la logística de la prueba. Dejo en el guardarropas la bolsa y me dirijo a la zona donde se coge el autobús que te lleva a Hopkinton. Está muy bien organizado. Numerosas filas de corredores que esperan una caravana continua de autobuses escolares amarillos (los típicos de las películas). El azar quiere que se llene el autobús justo con el corredor anterior. Otros 10’ de espera. Tal como subo decido ponerme detrás del conductor. La suerte quiere que me toque de compañero en los aproximadamente 45’ de viaje Mario, un guatemalteco que lleva 30 años viviendo en Los Angeles. Así que ya tengo con quien conversar. Se trata de un corredor experimentado. Es su 9ª participación en Boston y me advierte que no es una carrera fácil. Su objetivo es hacer 3 horas 30’. Al llegar a Hopkinton nos acercamos a la Villa del Atleta, una explanada bastante grande con carpas y baños donde toca esperar hasta la hora de acercarse a la zona de salida. Allí tienes de todo: manta térmica, plátanos, geles, cafés… Compartimos la espera con Dorian, el hijo de Mario, que tiene una mejor marca de 2 horas 51’ pero que se conforma con realizar 3 horas ya que llega con una rodilla renqueante.



Estoy bastante tranquilo y distraido con la conversación con mis nuevos amigos. A las 9:05 nos despedimos de Mario ya que tenemos que dirigirnos a la ola 1 (zona 1) los corredores que salimos a las 10. Mario salé a las 10:25 por lo que le queda un rato más de espera. Como Doriam va al corral (cajón) 2 y yo al 5. Nos despedimos. Mario acabará haciendo 4 horas y Dorian 3 horas 11’.
Poco a poco me desprendo de parte de las prendas que llevé para no enfriarme. Va a hacer calor!!!
En el tramo camino del corral aprovecho para trotar un poquito. Poco que ya tocará corrrer bastante. Como no descuido la hidratación tocó ir un par de veces a los urinarios. Por si acaso me quedo con la botella de agua al acabarla. Poco antes de empezar la prueba tengo ganas de orinar y ya no es momento de dejar la zona de salida. Saco el tapón y me dispongo a “disparar” cuando el atleta de delante encoge la pierna en un estiramiento y con el talón me tira la botella jajaja. Rápido a pillarla del suelo y a seguir el proceso.
Falta poco y de repente nos sobrevuela 4 helicópteros de guerra en formación de V y la masa de corredores se muestra entusiasmada al grito de “USA,USA”. Ya está todo listo para el espectáculo.
Salgo tranquilo, mentalizado de guardar fuerzas y aunque me pasan muchos corredores no me inmuto.  Voy en el ritmo objetivo en torno a 4'15''/km. La temperatura es agradable pero augura una mañana calurosa. Cada milla hay avituallamiento. En los primeros metros Gatorade y luego agua. Desde el primero cojo agua para dar un sorbito y solo en algunos tomo la bebida energética. Por si “fuera poca” logística muchos niños te ofrecen vasos pequeños con agua en todo el recorrido y otras personas trozos de naranja, plátano, coco... Otra constante de la carrera va a ser la seguridad. Cada cruce de carretera un soldado armado.

Cuando llevo cerca de la hora corriendo todo va sobre lo previsto. Unos Km un poco más rápidos (por ejemplo el 10º salió a 4'/06''/Km) y otros más lentos (el Km 11 a 4'21''/Km) en función del perfil predominante pero, precisamente por esas alteraciones constantes del terreno, me fijo en los valores medios del Garmin y esos están cercanos al 4'15''/Km. Toca tomar el primer gel. La animación es impresionante. Muchas pancartas de “Boston Strong”, muchas voces de ánimo y hasta un grupo que ofrece cerveza jajaja. Una mención especial para la niñas de Wellesley College. Un clásico de la carrera. Pese a ser un día festivo las estudiantes salen a las puertas del colegio para gritar como si fueran fans de una estrella de la música. Es increíble, como también me lo parece un corredor que se paraba cada pocos metros a darles besos jajaja. Me viene a la cabeza el gasto muscular que está realizando con esos arranco y paro continuados jajaja. Se empieza a notar el calor y en los avituallamientos me echo parte del agua por la cabeza y las axilas. Hay que cuidar la refrigeración.


Entre los Km 13 y 18 predomina la subida suave y el ritmo medio en ese tramo se va a 4'22''/Km aproximadamente y el  total se acerca a 4'20''/Km. No me preocupa. Las sensaciones son buenas y queda mucha carrera. A estas alturas de la carrera empiezas a pasar a auténticos héroes. No pueden recibir otro nombre un hombre que tira de la silla de su hijo discapacitado o una enana que necesita mucho más esfuerzo para recorrer un metro que el tuyo. ¡Cuántos héroes anónimos hay! Son momentos de una gran intensidad emocional pues el público se vuelca con mayor intensidad.

Cerca de la segunda hora de carrera me tomo el segundo gel y me doy cuenta de un error cometido. Llevo tres geles, uno con cafeína sería el último a tomar. Pues me doy cuenta que fue el que tomé primero. En fin, problemas del directo y de ser despistado jajaja.
En el Km 26 paso a mi amigo Fernando Rama de los Taninos de Ponteareas. Va con problemas y con un ritmo muy lento. Solo coincidimos unos metros en los que me dice que va mal y me pregunta si voy para 3 horas. “Lo vamos a intentar”. La clave será salir vivo de los repechos que hay entre los Km 26 y 34 y con fuerzas para el tramo final. Los parciales de los Km en este tramo son de sierra: Km 27: 4'37''. Km 28: 4'27'': Km 29: 4'35''. Km 30: 4'19''. Km 31: 4'20''. Km 32: 4'30''. Km 33: 4'23'' y Km 34: 4'42''. A las 2 horas y media ya me tomé el último gel. A estas alturas ya voy empapado y la barriga totalmente mojada. Estoy temeroso de que me coja el frío en el estómago.
Subo bastante dignamente la famosa Hertbreak Hill y ya solo queda el último tramo de carrera. Toca acelerar para intentar enjuagar el tiempo perdido. Hay que intentar ponerse cuando menos a 4’10’’/Km. El Km 35 sale a 4'15''/Km pero los siguientes son un quiero y no puedo. Los parciales oscilan entre 4'33'' y 4'38''. Quiero ir más deprisa pero mis piernas no quieren. La musculatura se queja. Muchos corredores van andando. Una tentación que intento sacar de mi cabeza con la táctica que siempre utilizo en estos casos: “vamos quedan sólo 8 Km, vamos quedan 7 Km...”. Voy bien de pulsaciones pero las piernas como palos. Ya estamos en esa parte del maratón en la que temes que se suba un gemelo o un isquio... en la que intentas no realizar movimientos bruscos, no vaya a ser... 

Ya estamos en Boston y ahora se trata de intentar llegar lo más cerca de las tres horas pero mis piernas se quejan y el ritmo ya está casi a 5’00’’/Km. A falta de 2 Km me sitúo al borde derecho. Necesito buscar la complicidad durante unos escasos segundos de mi familia y allí están efectivamente. Ya solo queda llegar al final de la avenida, giro a la derecha, giro a la izquierda y recorrer Boylston St brazos en alto recibiendo los últimos ánimos del millón de espectadores que han llevado en volandas a los maratonian@s.


Disfruto del momento aunque no me puedo parar ya que en pocas horas hay que coger el avión de vuelta a casa. Me cuesta bastante andar y ya no digamos agacharme cuando me cayó la botella de agua que llevaba en la mano.


Ha sido una experiencia fantástica, imborrable. Hecho la vista atrás y me quedo con la idea de que hice una gran carrera. El maratón de Boston es espectacular pero no es fácil. Tiene desnivel positivo pero, casi de forma imperceptible, estás constantemente subiendo y bajando. El calor le ha llegado, prueba de ello es que me queda la marca de la camiseta de asas. En fin, el sueño continúa.